martes, 19 de febrero de 2013

El niño negado

" El hecho de que muchos padres maltraten o descuiden a sus hijos del mismo modo en que sus padres lo hicieron con ellos -aunque, o especialmente, cuando no recuerdan nada en absoluto de aquella época- demuestra que han asimilado en sus cuerpos sus traumas infantiles. […] 

¿Cómo puede una madre hallar por sí sola esa verdad, si la sociedad le dice de manera inequívoca: a los niños hay que disciplinarlos, socializarlos y educarlos para que sean personas decentes? ¿A quién le preocupa que el verdadero impulso del llamado «coraje educativo» sea la antigua y hasta ahora nunca vivida rabia contra la propia madre? Esa joven tampoco quiere saberlo. 

Piensa así: Tengo el deber de disciplinar a mi hijo, y lo hago exactamente de la misma o de parecida manera que lo hizo mi madre conmigo. Al fin y al cabo, ¿acaso no he llegado a ser yo también una persona como Dios manda? 

Concluí mi formación con buenas calificaciones, participo en tareas caritativas y en el movimiento pacifista, siempre me he alzado contra la injusticia. Sólo que no he podido evitar pegar a mis niños, aunque contra mi voluntad; pero no tenía más remedio. Espero que eso no les haya perjudicado, igual que a mí no me perjudicó. "

A. Miller

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