Todos nacemos con una caja de fósforos adentro, pero que no podemos encenderlos solos... necesitamos la ayuda del oxígeno y una vela. En este caso el oxígeno, por ejemplo, vendría del aliento de la persona que amamos; la vela podría ser cualquier tipo de comida, música, caricia, palabra o sonido que engendre la explosión que encenderá uno de los fósforos. Por un momento, nos deslumbra una emoción intensa. Una tibieza placentera crece dentro de nosotros, desvaneciéndose a medida que pasa el tiempo, hasta que llega una nueva explosión a revivirla. Cada persona tiene que descubrir qué disparará esas explosiones para poder vivir, puesto que la combustión que ocurre cuando uno de los fósforos se enciende es lo que nutre al alma. Ese fuego, en resumen, es su alimento. Si uno no averigua a tiempo qué cosa inicia esas explosiones, la caja de fósforos se humedece y ni uno solo de los fósforos se encenderá nunca.
lunes, 26 de diciembre de 2011
Navidad 2011
Lo prometido... aquí están las fotos que nos recuerdan lo compartido.
Risas, Amor y un agape, que celebra eso mismo, el Amor que uno es capaz de desplegar hacia el otro sin esperar nada a cambio, sólo Amor, puro Amor contenido en un abrazo, una sonrisa, en una mirada, en una caricia, en un apretoncito de mano.
Gracias por vuestra calidez y por hacerme ver cada día que mi trabajo tiene sus frutos.
Risas, Amor y un agape, que celebra eso mismo, el Amor que uno es capaz de desplegar hacia el otro sin esperar nada a cambio, sólo Amor, puro Amor contenido en un abrazo, una sonrisa, en una mirada, en una caricia, en un apretoncito de mano.
Gracias por vuestra calidez y por hacerme ver cada día que mi trabajo tiene sus frutos.
Navidad 2011
Hola a tod@s, en este día de descanso de excesos culinarios, de emociones, de recuerdos, de los que están y los que no...
Todo ello, como en cada Navidad, me hace reflexionar sobre el sentido de estas fiestas... Estoy convencida de su importancia vital para recordarnos, a pesar del consumismo y el capitalismo, que somos algo más que una maquinaria del sistema.
El recuerdo de vuestra sonrisa, vuestras experiencias, el abrazo en el que nos fundimos y los dulces que compartimos me hacen sonreir. Quiero compartir con vosotr@s, este poema.
Gracias.
Todo ello, como en cada Navidad, me hace reflexionar sobre el sentido de estas fiestas... Estoy convencida de su importancia vital para recordarnos, a pesar del consumismo y el capitalismo, que somos algo más que una maquinaria del sistema.
El recuerdo de vuestra sonrisa, vuestras experiencias, el abrazo en el que nos fundimos y los dulces que compartimos me hacen sonreir. Quiero compartir con vosotr@s, este poema.
Gracias.
viernes, 16 de diciembre de 2011
Ven a Danzar
Ven... ven a danzar quien quiera que seas.
Ven a danzar siguiendo el rito cósmico, haciendo del latido de las estrellas el ritmo de tu corazón.
Ven... ven a danzar para que se vayan tus tensiones y venga la energía purificadora que, atraída por el remolino del girar y girar, llegue hasta la columna vertebral, adentrándose en tus chakras.
Ven... ven a danzar para unirte a Todo cuanto Es en tu consciente expansión.
Deja fluir tu alegría.
Llena de risa la noche, y guarda el llanto para los que no supieron ver la cara limpia del sol ni la sonrisa de las estrellas.
Bajo la mano del ritmo y el trino del atardecer me adentro en el templo.
Mientras todo gira, miro mi centro de equilibrio sereno y quieto, eterno y permanente.
Cuando se nubla mi vista, ebria de ver cosas, me recluyo en mi templo y miro mi centro de equilibrio, sereno y permanente.
Cayetano Arroyo
Ven a danzar siguiendo el rito cósmico, haciendo del latido de las estrellas el ritmo de tu corazón.
Ven... ven a danzar para que se vayan tus tensiones y venga la energía purificadora que, atraída por el remolino del girar y girar, llegue hasta la columna vertebral, adentrándose en tus chakras.
Ven... ven a danzar para unirte a Todo cuanto Es en tu consciente expansión.
Deja fluir tu alegría.
Llena de risa la noche, y guarda el llanto para los que no supieron ver la cara limpia del sol ni la sonrisa de las estrellas.
Bajo la mano del ritmo y el trino del atardecer me adentro en el templo.
Mientras todo gira, miro mi centro de equilibrio sereno y quieto, eterno y permanente.
Cuando se nubla mi vista, ebria de ver cosas, me recluyo en mi templo y miro mi centro de equilibrio, sereno y permanente.
Cayetano Arroyo
domingo, 4 de diciembre de 2011
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